W&T conecta
Interfaces para TCP/IP, Ethernet, RS-232, RS-485, USB, 20mA, fibra óptica de vidrio y de plástico, http, SNMP, OPC, Modbus TCP, I/O digital, I/O analógico, ISA, PCI

Conocimientos previos:

Informe para la interface RS232


Hasta hace pocos años los estándares técnicos eran un refugio de tranquilidad y eficacia, que buscaban las empresas de vanguardia para no tener que participar en las tendencias pasajeras. Pero esto ya no funciona más, desde que cualquier especialista de márketing encuentra entrada en gremios de normas y cualquier extravío alcanza el estado de norma mundial. Hoy en día se pide conciencia de sí mismo: Ningún gremio de normas quita la decisión a los responsables de la industria electrónica de con qué interfaz deben equiparse p. ej. aparatos de medición, controles industriales etc.

Quien tras RS232, RS485 y diversos buses de campo se vea seducido a integrar ahora también Ethernet, USB, Firewire y cada nuevo bus de instalación en sus aparatos, puede duplicar su departamento de desarrollo o desatiende el funcionamiento propio de sus aparatos.

En ambos casos el beneficio se queda en la estacada: Nuevas interfaces no aportan ningún cliente nuevo sino que representan en el mejor de los casos una respuesta al desfibrado de la necesidad concentrada hasta ahora en pocas interfaces. La situación actual hace obvio el echar una mirada al pasado, que saca a relucir algo sorprendente: Quien recapacita con qué interfaz le ha ido mejor en los últimos 20 años, acaba sin duda en la RS232.

Hasta ahora la interfaz RS232 es la que está más divulgada y para la que hay el mayor número de proveedores independientes. Pues la mayoría de los aparatos de medición, controles etc. van tirando cómodamente con las ratios de transmisión de datos actualmente corrientes y no hay propiamente nada que no sea posible con la RS232 a un nivel más bajo de complejidad y de costes:


Aparatos RS232 pueden acoplarse con poco trabajo directamente a otros componentes RS232 y a PCs de mesa así como con convertidores USB económicos a ordenadores portátiles.

Por el contrario en el mundo del PC permanece por ejemplo la conexión sin problemas de aparatos con interface USB integrada y allí se limita por regla general al mundo de Windows debido a la falta de excitadores alternativos .

Conversiones de una interface RS232 en otros estándares de serie (RS422, 423, 485, 20mA y en la comunidad unida de los buses de campos) son pequeñeces. Fibras ópticas son realmente "hermanos" de la RS232 - así de sencilla es la transición.


Y también en el omnipresente Ethernet se encuentra una conexión sin problemas en caso de necesidad para 250 Euros. Incluso son superfluos los odiados cableados especiales de RS232 y en lugar de ello cada aparato RS232 utiliza el cable de red de uso corriente.

Quizás se debería ver la RS232 con nuevos ojos y considerarla como interfaz base. Los fabricantes y usuarios necesitan una base tal, si no quieren hundirse en el torbellino de caos de interfaces, que nos deparan diversos gremios. Y qué es más obvio que coger una interfaz ya existente para la que existen un conocimiento y una aceptancia muy amplios, que se usa de todos modos casi por todo el mundo, que no causa problemas de adaptación y tiene los costes más bajos, si se está instalando hasta ahora como estándar en cualquier aparato.

Con adaptadores económicos pequeños se puede acoplar cualquier aparato RS232 directamente a redes. La RS232 puede seguir ofreciéndose como interface estándar económica y el adaptador de red (externo o también como platina de montaje) se vende como opción a precio extra.


Esta redacción es un informe para no volverse loco como fabricante de aparatos o usuario y no invertir en el pánico desarrollo de todo tipo de nuevas interfaces.

Sólo en tanto como la clase media utilice conjuntamente una interfaz de datos ya establecida y fácil de manejar, resulta en el concierto de muchos fabricantes la variedad que necesita cada uno por sí mismo para posibilitar a sus aparatos todas las aplicaciones imaginables. y sólo así nace la constancia temporal, que es el requisito previo de que valen la pena los costes de desarrollo, que todos metemos en nuestros aparatos.